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Nuestras Creencias

 
 
 
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El Arrepentimiento

La presencia y obra del Espíritu Santo en el mundo y en el corazón del hombre por medio del evangelio de Jesucristo (Juan 16:8-11) produce CONVICCIÓN, una consciencia y reconocimiento de que ha pecado contra Dios y necesita confesar esa culpa con un dolor que es según Dios (2 Corintios 7:10). En resumen, el arrepentimiento no sólo significa sentirse compungido por el pecado, sino en apartarse y abandonar la vida antigua (hábitos pecaminosos) hacia un nuevo caminar en la fe en Dios a través del Espíritu Santo y en compañía del pueblo de Dios (Hechos 2:42). 

Justificación

 

«Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo: Por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios» (Romanos 5:1, 2). La justificación es tanto un estado como una acción. Por parte del arrepentido, es el estado de vivir sin ofensa hacia Dios. Por parte de Dios, es Su acto de perdonar los pecados de los que la persona se ha arrepentido y declararle aceptada dentro de una nueva relación. 

Image by Priscilla Du Preez
Image by Timothy Eberly

Regeneración

La regeneración describe la obra de Dios en proveer una nueva vida espiritual en el creyente. Los seres humanos sin Cristo están muertos en «sus delitos y pecados» (Efesios 2:1) y deben ser vivificados o regenerados a través del Espíritu Santo (Tito 3:5).

Santificación

 

La santificación, así como la salvación, primordialmente se extiende durante toda la vida del creyente. Inicialmente, es una obra de la gracia subsiguiente a la justificación, regeneración o el nuevo nacimiento. Es una obra instantánea, la cual separa a uno para Dios (1 Corintios 1:2) y crucifica y limpia la vieja naturaleza, permitiendo que el creyente sea libre del dominio del pecado: «Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fue crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que es muerto, justificado es del pecado» (Romanos 6:6, 7). «Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios» (1 Corintios 6:11). 

Image by Jackson David

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